Publicado en la sección Bits Libres del periódico Entretodos, en marzo del 2022

Dominio público

Al iniciar el presente año entraron al dominio público, como cada año, muchas y variadas obras, destacando en esta ocasión el primer libro de “Winnie the Pooh”, de A. A. Milne.

Pero, ¿por qué festejamos que ésta y otras obras entren en el dominio público?

Cuando las obras entran en dominio público, pueden ser compartidas legalmente, sin permiso ni honorarios. Eso es algo que Winnie the Pooh apreciaría. Los cines de la comunidad pueden proyectar las películas. Las orquestas juveniles pueden interpretar la música públicamente, sin pagar gastos de licencia. Los repositorios en línea como Internet Archive, HathiTrust y Google Books pueden hacer que las obras estén totalmente disponibles en línea. Esto ayuda a permitir el acceso a materiales culturales que de otra manera podrían perderse en la historia.

Y aunque 1926, año en que se publicó por primera vez, fue hace mucho tiempo, la gran mayoría de las obras de ese año están fuera de circulación. Ahora que están en el dominio público, cualquiera puede rescatarlos de la oscuridad y ponerlos a su disposición, donde todos podamos descubrirlos, disfrutar y darles nueva vida.

Además, por primera vez en la historia, gracias a una ley de 2018 llamada Ley de Modernización Musical, una categoría especial de obras (grabaciones de sonido) por fin comenzará a unirse a otras obras de dominio público. Décadas de grabaciones hechas desde el advenimiento de la tecnología de grabación de sonido hasta finales de 1922, estimadas en unas 400,000 obras, estarán abiertas para su reutilización legal.