Publicado en la sección Bits Libres del periódico Entretodos, en febrero del 2021

Leer y entender antes de aceptar

Alguien está actualizando el sistema operativo de su smartphone o instalando una aplicación, y hojean perezosamente la política de privacidad o no se molesta en leerla antes de hacer click ciegamente en “Acepto”. ¿Les parece familiar?

Imaginen ahora que están por firmar un contrato laboral en el cual se determina, escondido entre las muchas palabras legales, que tendrán tres semanas de vacaciones al año al cumplir el primer año laboral y se incrementará un día cada año. Algo tan sencillo que no podremos ejercer porque no leímos ni entendimos el contrato y por lo tanto no lo ejerceremos y continuaremos con lo que por ley nos dan.

En ocasiones me pregunto: si todos tuvieran la costumbre de leer los contratos que algunas aplicaciones (verdes, azules o del color que sea) nos ofrecen y al comprender de dicha lectura que el usuario deja de serlo para volverse un producto, uno generador de datos personales, de contenido, de creatividad; para que otros lo aprovechen sin dar el debido crédito ni el pago por uso de dichos datos.

Tal vez si se cuidará el manejo de los datos personales en posesión de terceros dentro del territorio nacional, de la misma manera como se hace en los países europeos, podríamos manejar esta situación de una mejor manera.

¿El problema? Nos arriesgamos innecesariamente al ceder todo tipo de derechos sobre qué datos personales recopila una aplicación o sitio web, cómo los usan, con quién los comparten y cuánto tiempo los conservan.

Les adelanto que algunos sí hemos leído dichas políticas.