Publicado en la sección Bits Libres del periódico Entretodos, en mayo del 2020

Brecha digital

Una decisión que es unánime en las medidas para contener la expansión del covid-19 es la de suspender las actividades escolares presenciales, todas. De manera que desde los jardines de niños hasta los centros de educación universitaria han adoptado la modalidad a distancia.

Aunque se han tenido muchos avances y logros, tristemente aún se tiene mucho trabajo por hacer, muy a pesar de lo que éste entusiasta informático anticipe. No hay ni habrá sorpresas. La brecha social se ampliará en su variante conocida como brecha digital.

Existe una palpable desigualdad entre los diversos institutos educativos en cuanto a la planificación de la labor docente mediante el uso de recursos tecnológicos, la adecuación metodológica de la pedagogía al contexto digital, la preparación de los docentes, la producción de contenidos propios para la educación a distancia empleando herramientas basadas en las tecnologías de información y comunicación (TIC), las condiciones del entorno de los estudiantes en sus hogares (el aula en casa como parte del centro educativo extendido, incluyendo espacio físico y el apoyo familiar), el acceso a los dispositivos recomendados, a las plataformas de hardware y software y, muy importante, el acceso a los servicios de telecomunicación requeridos.

Esos y otros componentes, configuran una expresión mas de la asimetría de la calidad de los institutos de educación existentes. Los hay excelentes, que son pocos. Pero la situación de la mayoría de las instituciones educativas que prestan estos servicios carece de un proyecto que incluya, a corto o mediano plazo, abordar seriamente proyectos con estas características.