Publicado en la sección Bits Libres del periódico Entretodos, en mayo del 2018

Sistemas de votación

Apoyamos nuestras elecciones con computadoras. Nuestro padrón electoral está en bases de datos informáticas. Y los informes se realizan en computadoras. Hacemos esto por muchas buenas razones, pero ahora las elecciones tienen todas las inseguridades inherentes a las computadoras. La única manera de proteger de manera confiable las elecciones tanto de malicia como de accidentes es usar algo que no sea crackeable o no confiable; la mejor manera de hacerlo es hacer una copia de seguridad con papel.

He visto propuestas para sistemas de votación, pero ninguno ha pasado de ser eso, propuestas. En otros países los sistemas propuestos han sufrido de alteración de los recuentos de votos, borrado de registros, instalación de malware; y ya no digamos de aquel software privativo donde los fabricantes esconden cualquier vulnerabilidad de su producto.

Y no solo es alterar el voto. En ocasiones sembrar desconfianza en el sistema es suficiente. Y una elección cuyos resultados no son confiables o creíbles es una elección fallida.

Los sistemas de votación tienen otro requisito que hace que la seguridad sea aún más difícil de lograr: el requisito de una votación secreta. Podemos realizar operaciones bancarias de forma segura en línea, pero no podemos, aún, votar de manera segura en línea. Si todos pudiéramos verificar que nuestro voto fue contado correctamente, entonces sería fácil asegurar el voto. Pero eso llevaría a otros problemas.

En la medida en que un sistema de elecciones no sea transparente y auditablemente preciso, falla al elegir con precisión al ganador.